El nombre de Igor El Ruso apareció en los periódicos españoles hace tres años cuando asesinó a tres personas en un pequeño pueblo de Teruel. Pero esta era solo la punta del iceberg de una historia llena de interrogantes que la periodista Patricia Peiró trata de responder en estos cinco episodios.
A Héctor le quedan centenares de horas por visionar, no es fácil pero sabe que por cada niño identificado, David Donet cumpliría una nueva pena por abuso. Durante el visionado de las cintas, hay algo que le llama la atención: no hay ningún signo de violencia, ni siquiera de que esos niños estuvieran ahí, obligados, contra su voluntad. Todo lo contrario, aparecían riendo, para ellos todo era un juego, una situación natural. Donet había conseguido crear un hábito a partir de una completa barbaridad.Héctor cita a Santi en la comisaría. Él lleva más de 14 años viviendo con David Donet, sale en el 70% de los vídeos y confía en que le pueda ayudar a identificar a los niños. Pero, sobre todo, hay una pregunta que sigue en el aire, la más importante y que no termina de entender: ¿Cómo es que este hombre tenía una casa de acogida y tutelaba niños desde hace más de 15 años? ¿Por qué nunca nadie detectó nada?
Nadie en 17 años detectó nunca nunca nada. Y cuando David Donet fue detenido, nadie quiso asumir errores. Todos miraron a la Fundación Juvanteny que era la encargada de controlar la familia de Donet. Aquella extraña familia había vivido en su particular “normalidad” durante tanto tiempo que los niños, no exteriorizaban las violaciones cuando acudían a los psicólogos. “No eran abusos como yo los entiendo, simplemente eran relaciones”, justificaba Donet.En este último episodio conocemos un poco más el pasado de Santi y Montse Juvanteny, la directora de la Fundación Juvanteny, aporta su visión de toda esta historia. Llevaba años trabajando en centros de acogida, creyendo que estaba protegiendo a esos niños. Cuando se descubren las atrocidades que estaba cometiendo Donet, se da cuenta de que, no sólo no protegía a aquellos niños sino que los había colocado en la boca del lobo.¿Cómo acabó todo? ¿Qué fue de Santi? ¿Cuál fue la condena de David Donet?
Durante toda la investigación del caso, el periodista Carles Porta, se pregunta cómo David había podido burlar test psicológicos, visitas de la Generalitat y de la fundación de acogida durante 17 años. Era un hombre querido y apreciado por su entorno, todos le consideraban una buena persona, ¿quién iba a sospechar de un hombre que dedicaba su vida a cuidar de niños desamparados?La suerte le acompañó durante demasiado tiempo. De hecho, dos años antes de su detención hubo un episodio que pudo cambiarlo todo, ¿qué pasó? ¿Por qué se quedó en una simple anécdota?En este capítulo Carles trata de responder a estas cuestiones hablando con David, Santi y la directora de la fundación.
David Donet creó un entorno perfecto, una situación natural para esos niños donde, en ningún momento, se sintieron retenidos u obligados a hacer nada. Incluso los chavales que más tiempo llevaban en la casa, como por ejemplo Santi, fueron los que le pagaron a Donet su primer abogado. ¿Cómo consiguió el pederasta la perfección de la perversión? ¿Está enfermo David Donet? ¿Cuál es la versión de Santi en toda esta historia? Héctor cita a Santi en comisaría. En ese mismo instante Donet le llama por teléfono y Santi responde con un “Hola papá”. El policía no comprende esta actitud, incluso ya destapada la trama de pederastia. ¿Cómo había sido su relación hasta entonces? Héctor poner una de las cintas que confiscaron para que Santi la vea . En ella hay algo diferente, algo que activa la conciencia de Santi, su forma de ver a David Donet ha cambiado.
La policía ha registrado la casa de David Donet y allí no han encontrado nada. Héctor, el responsable de la investigación, teme que no haya ninguna prueba para poder inculpar a Donet. Héctor le presiona, siente que ahí pasa algo raro, sabe que esa petición para entrar en el domicilio no se ha hecho en vano. Donet finalmente cede, sabe que tarde o temprano van a encontrar sus secretos. Les pide que le sigan y les lleva al tercer piso: “aquí está lo que estáis buscando”. El equipo de Héctor se encuentra frente a una puerta cerrada con llave, una habitación a la que no entran ni siquiera los niños que viven en la casa. Donet saca la llave del bolsillo. A Héctor le tiemblan las piernas. Ni se imagina las atrocidades que guardan los armarios de aquella habitación.
Héctor es el policía responsable de la investigación de un presunto caso de pornografía infantil en Castellans, un pequeño pueblo de Lleida. Quiere registrar una casa donde vive un adulto, David Donet, y varios niños y jóvenes tutelados por él.La policía lleva esperando semanas la autorización del juez pero parece no llegar nunca. Un mes más tarde, el juzgado da permiso para entrar al domicilio.Es temprano, aún no ha amanecido y en una calle desierta de Castellans esperan seis agentes de policía, una secretaria judicial y un miembro de la unidad central de informática forense. Todos ellos están preparados para comenzar el registro, pero no va a ser tan sencillo como parecía. Entre las miradas atentas y confundidas de los chavales, la policía rebusca por cajones, discos duros, ordenadores… No encuentran absolutamente nada.Héctor, comienza a desesperarse, ¿estarán equivocados? Nada más lejos de la realidad.
Una madre denuncia ante la Policía que a su hijo de 15 años le han propuesto, a través de Facebook, hacerse una sesión de fotos insinuantes. Héctor, un mosso d’esquadra especializado en homicidios, comienza a investigar el caso y llega hasta el supuesto fotógrafo: David Donet. Se trata de un hombre de 50 años que es, además, padre de acogida de varios niños y jóvenes en situaciones complicadas, en una casa de acogida que depende de una fundación reconocida por el Gobierno catalán. Donet lleva más de una década tutelando chavales y jamás ha tenido ningún problema, pero el equipo de investigación que lidera Héctor teme que en esa casa se genera y se colecciona pornografía infantil.¿Será esta denuncia clave para destapar un caso de pederastia? ¿Serán infundado los temores del equipo de investigación? ¿Es realmente David Donet fotógrafo? Dale al play para escuchar el primer episodio de ‘Le llamaban padre’.