¡Hola! En este espacio te vamos a enseñar algunas fotografías e ilustraciones que complementan el episodio 4 de CANÓNICAS. Si no lo has escuchado todavía, te invitamos a hacerlo.
Esta es la historia de Catherine Eddowes, la cuarta víctima oficial de Jack el Destripador. Su cuerpo fue hallado tan solo una hora después de encontrar el cadáver de Elizabeth Stride en el barrio de Whitechapel, el 30 de septiembre de 1888.
Pero antes de su desdichado destino, Catherine Eddowes vivió una vida mucho más emocionante de lo que imaginamos. Todo el mundo la describía como aventurera, risueña y cantarina. Nació en Wolverhampton, un pueblo en el centro de Inglaterra el 14 de abril de 1842.
Wolverhampton era epicentro de la industria de la hojalata. Las fábricas de productos de latón lacado daban trabajo a cientos de vecinos de la zona, entre ellos, al padre de Kate Eddowes.
La familia de Kate era muy grande. Sus padres tuvieron en total doce hijos. Además de la crianza, la madre de Kate Eddowes también trabajó durante un tiempo de cocinera en un hostal de la zona.
Sin duda, algo que le cambió la vida a Kate, fue conocer a su primer amor: Thomas Conway. Un hombre que se dedicaba a viajar de pueblo en pueblo vendiendo poemas populares, un chapman, una especie de buhonero. Juntos deambulaban por las carreteras en busca de eventos sociales masivos donde poder vender, además de baratijas, algún que otro libro por fascículos o algún soneto improvisado.
De la pareja se conserva un poema popular firmado por Thomas Conway. Se trata de una balada sobre el colgamiento público de Charles Christopher Robinson, el primo de Kate.
Después de unos años juntos, la pareja se asienta en Londres, donde las cosas no van como ellos esperaban. La venta de poemas en la ciudad no da dinero y las circunstancias son desbordantes. Kate comienza a desarrollar una adicción al alcohol y sus noches comienzan a ser más ociosas de lo habitual. Una de aquellas noches de juerga fue su noche final. Eddowes fue asesinada por Jack el Destripador.