Podium
Aunque muchos piensen que las libretas solo sirven para apuntar, lo cierto es que también se pueden utilizar para apuntar-se, ¿por ejemplo? Para apuntarse a un bombardeo. En ese caso, el dependiente siempre recomienda la libreta militar, con sus tapas de camuflaje y sus anillas reforzadas. Pero a veces, en vez de apuntarse a un bombardeo, lo mejor es generarlo usted mismo, comprando una buena cantidad de booooooooombas, para bailar esto es una bomba, para gozar esto es una bomba, para menear esto es una bomba.
Todo el mundo una mano en la cabeza, un movimiento sexy, una mano en la cintura, suavecito para abajo, suavecito para arriba, suavecito para arriba...
Este es un mensaje para todos los megáfonos: vengan a nuestros grandes almacenes que hoy la megafonía está que arde, que está caliente, hot super hot… ¡que está cachonda, vamos!Bueno, nosotros a lo nuestro. Es que ha pasado una cosa increíble, INCREÍBLE. No se lo van a creer. Resulta que cuando el cliente llega, una máquina le dice que han despedido al dependiente. DESPEDIDO. Bueno, más o menos. Pero flipante. Y luego viene otro y dice que es el nuevo dependiente. ¿Os lo podéis creer? Imaginaos la cara del cliente, claro. Eso sí… todo buen drama tiene un algo de amor. Y qué AMOR. Se nos van las mayúsculas sólo de pensarlo. Ay…
Hola, buscaba la segunda temporada de ‘¿En qué puedo ayudarle?’ Pues buscaba la segunda temporada de ‘¿En qué puedo ayudarle?’ Pues buscaba la segunda temporada de ‘¿En qué puedo ayudarle?’ y así continuamente. Lo que ocurre es que tanto a los de estos grandes almacenes como a Podium Podcast se nos acumulan las series. Para poder oír todas necesitamos un helicóptero. Siempre está bien escuchar las cosas con perspectiva. Eso sí, nosotros no somos como el cliente, no nos atrevemos a subir con el dependiente. El motivo es que se le suele ir la pinza. Por la ventanilla del helicóptero. Y luego nos hace tirarnos para cogerla al vuelo. Está muy loco: escucha Mecano, no os digo más. Ala. Nos despedimos a la francesa, ¡aufn wiedersehen!
El cliente viene esta vez a por un saco escrotal. Sí, sí. Escrotal. Pero están fuera de stock, no lo queríamos decir por aquí pero es que… el hombre del saco es un comprador compulsivo. Bueno, ¡pero la oferta es muy amplia! en los grandes almacenes tienen sacos de todo tipo. De hecho el cliente encuentra uno que le encanta pero el dependiente, que a veces resulta un poco ‘vaguete’ le manda a que se lo cobre otra: Mari Carmen, Mari Carmen avaricia. ¿Y sabéis lo que hizo Mari Carmen? A cualquiera se le habrían hinchado los huevos con esta situación. Debe ser que como el cliente no tiene saco escrotal pues sólo puede responder como una persona calmada y tranquila.