En algún despacho del Valencia hubo gestos torcidos cuando LaLiga hizo públicos los horarios de esta jornada 31. No gustaba la idea de jugar un partido clave por la permanencia en viernes, día laborable y con no excesiva tradición futbolera en Mestalla. La buena racha del equipo de Corberán y, fundamentalmente, la victoria en el Santiago Bernabéu le ha quitado dramatismo al encuentro contra el Sevilla. Pero el ritmo de venta de entradas hace pensar en el club que, si los socios responden (y llevan años respondiendo) la afluencia de público volverá a estar por encima de los 40.000 espectadores. Apenas quedan 500 entradas a la venta, en muchos sectores localidades individuales diseminadas entre filas abarrotadas, que se llenarán. Da la impresión que Mestalla tampoco fallará esta vez, ni siquiera jugando viernes.