Episodio 51 - Contra septiembre

Podium

Sabemos que es octubre, pero es que septiembre no es un mes, sino un estado mental. Septiembre significa volver y no parar. Significa tiempo de urgencias, de propósitos, de cambios y de responder a todos esos "a ver si nos vemos pronto". En Arsénico Caviar estamos profundamente en contra de llevar una vida acelerada llena de planes que no quieres hacer y de gente a la que no quieres ver y, pese a todo, esta temporada regresamos optimistas, tranquilos y más sobrios que nunca. Os prometemos que esto no será como nuestra infame temporada cinco.

Más episodios

Episodio 60 - A favor del refugio

El mundo ahí fuera es horrible, así que hemos decidido dedicar un capítulo a lo que nos parece calentito, reconfortante, bello y esperanzador aquí dentro. Y ese “aquí dentro” es en realidad tan simbólico como el “ahí fuera”: es el mundo que hemos hecho nuestro, que puede ser nuestro hogar, nuestro barrio, nuestros amigos, nuestros libros, nuestras películas o nuestra propia cabeza. O sea, nuestra burbuja. Hay otros podcasts que te invitan a salir de tu zona de confort. Pero nosotros, en este episodio, te ofrecemos gentilmente unos ladrillos para cerrarla a cal y canto y no volver a a salir hasta que florezcan los almendros.

Episodio 59 - Superconsultorio caviar

Esta temporada hemos decidido dedicaros un episodio a vosotros, nuestros oyentes, en el que vamos a resolver todas vuestras dudas, todas vuestras cuestiones, todos vuestros problemas (que, según hemos comprobado, son muchísimos). O, al menos, vamos a intentarlo. En nuestro episodio más fan service hasta la fecha, queremos convertirnos en vuestra guía espiritual y material para la vida. Por supuesto, en todas las respuestas os recomendamos que abuséis de las d*****. Jamás penséis que hemos hecho este episodio para ahorrarnos hacer el guión de otro, que esto no es la temporada cinco. ‎

Episodio 58 - Contra los buenos

En Arsénico Caviar estamos constantemente al límite de nuestra propia contradicción por culpa del neoliberalismo y el patriarcado, pero una cosa sí que la tenemos clara: odiamos a los buenos. No odiamos la bondad, ojo, sino a ese tipo de persona que siempre se posiciona en un plano moral superior, que dicta y decide cómo debe comportarse (e incluso sentir) el resto de la gente y que te recuerda constantemente lo mal que lo estás haciendo. Porque los buenos, amigos, no son tan buenos y la búsqueda de LA BONDAD pasa, irremediablemente, por asumir que podemos errar, equivocarnos y, en definitiva, ser un poco malos de tanto en tanto. ¿De qué otra manera vamos a aprender?