Podium
Sí, desde nuestra pose de amargados y listillos revenidos nos hemos atrevido a hacer un episodio contra la pose. La pose de los que dicen que no usan WhatsApp, los que no tienen tele en casa, los que no hacen caso de las redes sociales, los que pasan de tener un smartphone. La pose de los que posan para simular otra pose que no es la suya. Y al final, de regalo, diez minutos seguidos de sonido del olas porque nos queríamos ir pronto al bar.
El mundo ahí fuera es horrible, así que hemos decidido dedicar un capítulo a lo que nos parece calentito, reconfortante, bello y esperanzador aquí dentro. Y ese “aquí dentro” es en realidad tan simbólico como el “ahí fuera”: es el mundo que hemos hecho nuestro, que puede ser nuestro hogar, nuestro barrio, nuestros amigos, nuestros libros, nuestras películas o nuestra propia cabeza. O sea, nuestra burbuja. Hay otros podcasts que te invitan a salir de tu zona de confort. Pero nosotros, en este episodio, te ofrecemos gentilmente unos ladrillos para cerrarla a cal y canto y no volver a a salir hasta que florezcan los almendros.
Esta temporada hemos decidido dedicaros un episodio a vosotros, nuestros oyentes, en el que vamos a resolver todas vuestras dudas, todas vuestras cuestiones, todos vuestros problemas (que, según hemos comprobado, son muchísimos). O, al menos, vamos a intentarlo. En nuestro episodio más fan service hasta la fecha, queremos convertirnos en vuestra guía espiritual y material para la vida. Por supuesto, en todas las respuestas os recomendamos que abuséis de las d*****. Jamás penséis que hemos hecho este episodio para ahorrarnos hacer el guión de otro, que esto no es la temporada cinco.
En Arsénico Caviar estamos constantemente al límite de nuestra propia contradicción por culpa del neoliberalismo y el patriarcado, pero una cosa sí que la tenemos clara: odiamos a los buenos. No odiamos la bondad, ojo, sino a ese tipo de persona que siempre se posiciona en un plano moral superior, que dicta y decide cómo debe comportarse (e incluso sentir) el resto de la gente y que te recuerda constantemente lo mal que lo estás haciendo. Porque los buenos, amigos, no son tan buenos y la búsqueda de LA BONDAD pasa, irremediablemente, por asumir que podemos errar, equivocarnos y, en definitiva, ser un poco malos de tanto en tanto. ¿De qué otra manera vamos a aprender?