Podium
Sentirse culpable es una cosa que roza el absurdo. Según nuestra vieja amiga la RAE, la culpa es la “acción u omisión que provoca un sentimiento de responsabilidad por un daño causado”, ¡pero qué tontería! ¿Cuántas veces nos sentimos culpables sin hacer absolutamente nada, sin causar ningún daño, sin realizar ninguna acción? ¿Y cuantisima gente que debería sentirse realmente culpable por sus malos actos duerme cada noche a pierna suelta? Pues eso, la culpa, como el dinero, está mal repartida en este mundo injusto y cruel. Ya no nos sorprende. Por eso reivindicamos librarnos de ese sentimiento tan amargo. Hoy y siempre.
El mundo ahí fuera es horrible, así que hemos decidido dedicar un capítulo a lo que nos parece calentito, reconfortante, bello y esperanzador aquí dentro. Y ese “aquí dentro” es en realidad tan simbólico como el “ahí fuera”: es el mundo que hemos hecho nuestro, que puede ser nuestro hogar, nuestro barrio, nuestros amigos, nuestros libros, nuestras películas o nuestra propia cabeza. O sea, nuestra burbuja. Hay otros podcasts que te invitan a salir de tu zona de confort. Pero nosotros, en este episodio, te ofrecemos gentilmente unos ladrillos para cerrarla a cal y canto y no volver a a salir hasta que florezcan los almendros.
Esta temporada hemos decidido dedicaros un episodio a vosotros, nuestros oyentes, en el que vamos a resolver todas vuestras dudas, todas vuestras cuestiones, todos vuestros problemas (que, según hemos comprobado, son muchísimos). O, al menos, vamos a intentarlo. En nuestro episodio más fan service hasta la fecha, queremos convertirnos en vuestra guía espiritual y material para la vida. Por supuesto, en todas las respuestas os recomendamos que abuséis de las d*****. Jamás penséis que hemos hecho este episodio para ahorrarnos hacer el guión de otro, que esto no es la temporada cinco.
En Arsénico Caviar estamos constantemente al límite de nuestra propia contradicción por culpa del neoliberalismo y el patriarcado, pero una cosa sí que la tenemos clara: odiamos a los buenos. No odiamos la bondad, ojo, sino a ese tipo de persona que siempre se posiciona en un plano moral superior, que dicta y decide cómo debe comportarse (e incluso sentir) el resto de la gente y que te recuerda constantemente lo mal que lo estás haciendo. Porque los buenos, amigos, no son tan buenos y la búsqueda de LA BONDAD pasa, irremediablemente, por asumir que podemos errar, equivocarnos y, en definitiva, ser un poco malos de tanto en tanto. ¿De qué otra manera vamos a aprender?