Del diagnóstico en situación de desempleo o trabajo autónomo, se habla

Podium

Hemos hablado mucho en este espacio de cómo el diagnóstico, el tratamiento y las secuelas pueden condicionar nuestra vida laboral, pero a menudo olvidamos a sectores sociales especialmente desprotegidos ante los desafíos de un proceso oncológico. 

Incluso en personas con un trabajo estable, los procesos de baja y los tribunales médicos son complejos y pueden requerir asesoramiento de una trabajadora o trabajador social. En el caso de situaciones más precarias, como las de las personas que trabajan por cuenta propia y las que se encuentran en situación de desempleo, las complicaciones pueden no ser solo burocráticas sino económicas.

Para entender este tipo de situaciones y qué tipo de recursos pueden servir de apoyo tenemos con nosotros a Patricia Velasco, trabajadora social de la sede vallisoletana de la Asociación Española Contra el Cáncer.

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Renunciar al trabajo: cuidando de los nuestros

En una sociedad en la que nos consagramos a la productividad de una manera obsesiva, los cuidados a veces quedan relegados a un segundo plano. Sucede, sin embargo, que a veces la vida nos presenta una situación donde la necesidad de cuidar a algún miembro de nuestra familia se convierte en el eje central de nuestras vidas.  Renunciar al trabajo para cuidar de un ser querido diagnosticado de cáncer es una decisión difícil a la que muchas personas, especialmente mujeres, deben enfrentarse. Hoy vamos a tratar de sumergirnos en las complejidades de esta elección con Héctor Olmedo, psicólogo de la sede de Huesca de la Asociación Española contra el Cáncer, y Cristina Raimúndez, coordinadora de trabajo social de la Junta Provincial de Alicante de la Asociación Española contra el Cáncer.

De la pérdida del deseo sexual, se habla

El diagnóstico de cáncer es un terremoto que sacude los cimientos de nuestra existencia, que nos arroja a un territorio desconocido, inhóspito a veces. Las secuelas del tratamiento oncológico no se limitan exclusivamente al plano físico. Deja heridas invisibles, cicatrices emocionales que a menudo se silencian y se esconden bajo la alfombra de la urgencia médica.  En medio del torbellino de pruebas, tratamientos y consultas, a menudo se olvida un aspecto fundamental de la vida humana: el deseo, el placer, la intimidad. Hoy, en “El cáncer se habla”, nos adentramos en una de esas zonas grises, un territorio íntimo y delicado: el impacto del cáncer y sus tratamientos en la sexualidad. Y con la ayuda de Marc Clemente, psicooncólogo de la Asociación Española Contra el Cáncer, vamos a romper ese silencio.

De cuidados para los efectos secundarios, se habla

Poco después de asimilar el diagnóstico, a menudo aún lidiando con el shock que supone, el paciente de cáncer se enfrenta a una derivada del tratamiento un poco menos obvia: los efectos secundarios. Cada cuerpo reacciona de manera diferente, y los síntomas pueden variar según el tipo de tratamiento, pero existen algunos efectos secundarios comunes que afectan a muchas personas. El cansancio, por ejemplo, es uno de los síntomas más habituales y, a menudo, puede resultar difícil de gestionar. A su vez, el insomnio o las alteraciones del sueño pueden ser otro obstáculo en el proceso de recuperación. Otro de los efectos secundarios que más pueden complicar la recuperación es también uno de los más presentes en el imaginario colectivo es el de las náuseas y los problemas digestivos. Hoy tenemos con nosotros a dos médicos de la Asociación Española Contra el Cáncer que forman parte del Servicio de Orientación Sanitaria de la Unidad de Atención a Pacientes y Usuarios para ilustrarnos sobre este tema. Santiago Méndez es urólogo y Elías López, oncólogo radioterapeuta.