E02 - El examen de filosofía

Podium

En el mundo del narcotráfico no existe nada limpio, puro y sincero. Las frases tienen doble sentido, los amigos son enemigos y la inocencia siempre está manchada. El fiel y siempre dispuesto <strong>Lino Esparza</strong> puede convertirse en uno de los mayores rivales de don<strong> Candelario Quintana</strong> si éste no le vigila de cerca. En Ciudad Jiménez tampoco el Gobierno es honesto, allí todos tienen algo que ocultar y Esparza será el que se ancle a estos secretos para chantajear, amenazar y asesinar a cualquier político que sea amigo de don Candelario.
En la superficie todo es diferente, las cloacas del narcotráfico desaparecen para que la vida de don Candelario Quintana luzca en todo su esplendor: una increíble mansión; <strong>Silvina</strong>, su preciosa mujer y <strong>Beto</strong>, su hijo adolescente que podría ser también perfecto si no suspendiera tanto en el colegio. Don Candelario no está dispuesto a permitir que algo estropee su mundo ideal. Después de conseguir que el profesor de Beto le dijera el temario que entrará en el examen de filosofía, el narco ha contactado con el profesor Uribe para que le dé clases particulares sobre <strong>Heráclito</strong>.
Uribe está aterrado, sabe que si el niño suspende las consecuencias serán mucho más graves que un simple capón en la nuca. Si Don Candelario quiere que Beto apruebe el examen, aprobará y lo hará por encima de cualquier cadáver. Literalmente. "A Candelario nadie le rechaza una copa y menos en su casa", dice el narco. El profesor Uribe no tiene más remedio que tragar. Sean chupitos de tequila o peticiones de ayuda.

Más episodios

E10 - El Mochuelo

Don Cande, Lino, Sandra y el profesor Uribe están de camino a la mansión de El Mochuelo, con una maleta hasta arriba de billetes y con los nervios a flor de piel. Lo único que le calma son las rayas de coca que le pinta Don Cande. El narco está tranquilo, al fin y al cabo su día a día consiste en rendir cuentas a los demás. Ya comienza a sospechar de Lino, siempre estaba en otro sitio en los momentos más inoportunos... demasiadas casualidades.Llegan a casa de El Mochuelo, el plan es el siguiente: Uribe entrará sólo en la casa de El Mochuelo mientras Sandra, don Cande y Lino le esperan en el coche. Tendrá que ser firme, convincente y no ceder nada ante los matones que le esperan. Entregará el dinero y el trato quedará cerrado. Sandra se quedará con Uribe.Pero, ¿conseguirá el licenciado salir ileso de esta vida peligrosa?

E09 - El plan

El episodio empieza calentito... Sandra en la cama con el profesor Uribe.El desayuno norteño ya está listo en casa de don Candelario Quintana. Don Cande le recomienda a Uribe que lo mejor que puede hacer es ir a hablar con el Mochuelo, mirarle a los ojos y explicarle que Sandra se queda con él,  así, "a lo macho". No le asegura que pueda salir vivo de esa casa, pero deben hacerlo, es la única solución: debe pedirle disculpas por la ofensa. Y para calmarle, le pondrá encima de la mesa un buen fajo de dólares que el mismo Cande le presta a Uribe como muestra de su agradecimiento por haberle salvado la vida.En ese momento aparece Lino Esparza... No había aparecido en toda la noche y casualmente llegó la gente del Mochuelo a la Taquería disparando contra Sandra y Uribe. ¿Qué coincidencia, no?Don Cande se ofrece a acompañar a Uribe hasta la puerta de la casa de Mochuelo y ya, una vez dentro... el profesor tendrá que ingeniárselas él solito.

E08 - Lino Esparza, culebra

Élmer Ortega acoge en su casa a Sandra y al profesor Uribe pero él conoce bien al Mochuelo y sabe que no puede protegerles sin que su familia corra peligro. Élmer les recomienda que vayan a casa de don Candelario, él será el único que puede ayudarles.Estaban a punto de salir de casa de Élmer cuando Uribe recibe una llamada de teléfono... es Lino, el sicario de confianza de don Cande. Uribe lo ve como la única salida y le cuenta que Sandra y él necesitan ayuda. "No te fíes de ese pinche matón", le susurra Sandra. Los tres quedan frente a la Taquería Avilés un pequeño restaurante que, aún estando cerrado, está en una localización perfecta para ver quién llega desde cualquier punto.¿Habrá sido buena idea avisar con Lino? ¿Te fiarías verdaderamente de alguien de Ciudad Jiménez?