Si algo nos queda claro con este tercer programa es que es posible hacerse una carrera a base de repartir a diestro y siniestro, como Carlos Boyero. Eso sí, nosotros nunca nos atreveremos a decir que la SER es un "horror con pretensiones".
Del segundo programa nos llevamos varias lecciones: que hay que pensarse bien lo de organizar debates en la SER, que a Pedro Blanco no hay quien lo pille y que Manuel Burque va de corderito, pero no te puedes fiar.
Primero, venimos en son de paz. Segundo, de este primer episodio nos llevamos varias lecciones: que es mejor no preguntar si escuchan tu propio programa, que es imposible criticar a Carles Francino y que disfrutar en el trabajo y liderar el EGM son dos cosas compatibles.
Que tiemblen las estrellitas que llega Aitor Albizua con material de todos y cada uno de ellos.