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Aunque todavía se vigilan la evolución de los ríos y se hace recuento de los efectos de Martinho, entre ellos una persona desaparecida en A Coruña, la previsión es que las precipitaciones vayan perdiendo intensidad a partir de este lunes y que los cielos se aclaren a partir del martes. La semana se presenta con la pregunta de si será posible que Ucrania y Rusia lleguen a un acuerdo para un alto el fuego. Eso es lo que va a intentar Estados Unidos en las negociaciones que tiene hoy en Arabia Saudí con delegaciones de ambos países.
Después de tantas amenazas, en teoría esta semana va a llegar la hora de la verdad. El miércoles será eso que Donald Trump ha llamado el día de la liberación y que se traduce en aranceles para todo el mundo, aunque vayan a remover la economía de todo el mundo y el mapa de las alianzas políticas de las últimas décadas. Además, en Madrid se reúnen los ministros de Exteriores del G5+ para hablar del futuro de Ucrania, el apoyo de la Unión Europea a Kiev y discutir el pan de rearme europeo. Y en Francia este lunes se conoce la sentencia que puede condenar a inhabilitación a la líder ultraderechista Marine Le Pen.
La ruptura de las negociaciones entre PSOE y Sumar por la tributación del SMI -tienen hasta las 18h de este viernes para llegar a un acuerdo- escenifica el último episodio de una semana de sufrimiento para el Gobierno, con la falta de acuerdo en Defensa y con los socios y la oposición pidiéndole a Pedro Sánchez que presente los presupuestos. El PSOE ha respondido que presentar los presupuestos sin apoyos sería perder el tiempo. Del exterior, Macron anunció tras la cumbre de líderes de los llamados "países voluntarios" que habrá tropas europeas en Ucrania cuando haya acuerdo de paz en el país para garantizarlo. El presidente francés no concretó qué países integrarán esa fuerza.
Del pleno que ayer vimos en el Congreso nos queda clara la idea de que será imposible en nuestro país -al menos por ahora- un gran acuerdo sobre el gasto militar, cuyo aumento o plazos, por cierto, Sánchez no concretó. Cada uno se mantiene en su posición mientras Donald Trump no deja de acelerar en todos los frentes que puede: ha llevado a Europa a plantearse un rearme inédito y da un nuevo empujón a su ofensiva de aranceles. Lo último son los aranceles a todos los coches que compren en Estados Unidos y que se hayan fabricado fuera.