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Dice Donald Trump, y lo dice textualmente, que está yendo muy bien y que los mercados acabarán respondiendo con subidas a su declaración de guerra comercial a todo el mundo. La realidad es justo la contraria: ayer vimos un desplome en las bolsas que ha llevado a Wall Street, por ejemplo, a su peor sesión en los últimos cinco años, a los tiempos de la pandemia. La economía empieza a temer que se produzca una recesión mientras cada país explora su manera de responder a la Casa Blanca.
El alcalde de Nueva York confirmaba que hay seis muertos en el accidente del helicóptero que acabó cayendo sobre el río Hudson. Cinco de ellos son españoles: dos adultos y tres niños. La otra noticia está en Pekín, donde en medio de toda la tensión por la guerra de aranceles y con Estados Unidos subiendo los aranceles a China al 145%, Xi Jinping ha recibido a Pedro Sánchez, en un encuentro que ha causado malestar en el equipo de Trump. Las bolsas asiáticas han vuelto a las pérdidas esta madrugada, siguiendo la estela que dejó anoche Wall Street y certificando que el efecto de la tregua parcial de Trump con los aranceles ha durado más bien poco.
Presionado por el poderoso mundo del dinero y por la amenaza que sufrían la deuda pública y los bonos de Estados Unidos, Donald Trump ha pausado durante 90 días los aranceles impuestos al resto del mundo y los deja solo en el 10%. Salvo con China, con quien aumenta la guerra comercial y le eleva las tasas al 125%. Tras la decisión, Wall Street vivió su mayor subida en 17 años. Los índices asiáticos han llegado a subir esta madrugada por encima del 8%. Sube también la bolsa china. Allí, precisamente, aterriza hoy Sánchez, que se reunirá con el presidente Xi Jinping.
No puede decirse que Trump iba de farol. La segunda tanda de aranceles ha entrado en vigor a las seis de la mañana y el presidente de los Estados Unidos ha puesto así en marcha la nueva fase de la guerra comercial en la que ha metido al mundo. Han vuelto a caer las bolsas asiáticas esta madrugada, como hicieron anoche las de Estados Unidos una vez que la Casa Blanca confirmó esta nueva etapa arancelaria que impone tasas del 20% para Europa y del 104% para China. Trump ha llegado incluso a la burla. Dice, literalmente, que los países a los que aplica los aranceles le están llamando para besarle el culo y pedirle que retire esas tasas.