Confusión de confusiones: los dineros

Podium

Ahora, señor, tomo la pluma por no tomar una soga que acabe con todo y deje descansar a vuesa merced de mis pesadumbres. Con ella suplico a vuesa merced se sirva de considerar que de 800 reales ni se puede pagar casa ni vestir mi persona”. Con la sangre helada tras leer la súplica que Góngora dedicaba en 1623 a su administrador y acariciando nerviosamente la soga de las inminentes incertidumbres económicas que Las hijas de Felipe andamos ya barruntando, en este episodio decidimos rastrear la escandalosa perplejidad barroca ante las volatilidades financieras para intentar sortear esta “confusión de confusiones”, escapar a este “susto de cada día” y lograr, por fin, descifrar qué cosa es el dinero. Del infame vellón de cobre al dichoso euro, de la fe ciega en los milagros de la alquimia al trampantojo de las criptomonedas: un recorrido por malestares crediticios y desesperadas búsquedas de correspondencia que nos lleva, por fin, a encontrar en Sor Juana Inés de la Cruz y en la creatividad financiera del convento el el anhelito que nos faltaba para tomar la decisión más “económica, prudencial y arismética.

Más episodios

Pecado nefando

“Es muy peligroso”, escribía fray Pedro de León en 1619, “permitir que dos muchachos yazcan en la cama”, porque quienes presentan el “malvado y pestilente vicio”, aquel que no puede ser nombrado, son como mariposas que “vuelan adelante y atrás, cada vez acercándose más y más al fuego”, y si “no se enmiendan, llevados por el pecado acabarán por fin en el fuego como mariposas”. En “Pecado nefando” Las hijas nos abrimos paso por el tenebroso sendero de las hogueras y las Pragmáticas contra la sodomía para después llevarte de la mano por los más placenteros caminos de los jarales espesos, las alcobas generosamente concurridas y los temazcales que, como todas las saunas, con su “obscuridad, tactos, movimientos, azotes y vapores mueven, irritan e ynsitan a torpezas”. 

Monjas, dinero y TikTok

En septiembre de 2020 las monjas dominicas del Convento de Santa Clara de Manresa dicidieron sumarse a un reto viral de TikTok bailando "Savage Love" de Jason Derulo para recaudar fondos y mantener así su fundación. Tras la inevitable ternura que suscitan las cinco monjas descubrimos en realidad las asfixiantes ataduras económicas con las que, desde las remotas fundaciones medievales, han tenido que lidiar las monjas para sostener sus actividades espirituales. En este episodio grabado en rigurosísimo directo para #megustaspixelad en La Casa Encendida nos ponemos baratonas y negociadoras, como Santa Teresa, para contaros absolutamente todo sobre trajines económicos y showbiz conventual. Las giras litúrgicas de la estrella del rock y emprendedora medieval Hildegarda von Bingen, los tejemanejes económicos de nuestra Santa más favorita, las estrategias financieras de las divas del convento de Santa Cristina de Bolonia, y el martirio barroco (y presente) de compaginar como auténticas funambulistas la vocación y la supervivencia económica. Por si no fuera esto suficientemente DELICIOSO, charlamos además sobre dinero, la biblia, TikTok, evangelización, disfrute, parques temáticos religiosos y mucho más con el pintor y autónomo de la corte contemporánea David Macho y con el Padre Damián María Montes, escritor, showman misionero y cantante. ¿Monjas o emprendedoras? ¿Monjas o motomamis? Sal de dudas, dale a play.

Almidonadas y aderezadas: moda barroca

Vainillas, cadenetas, deshilados, randas, puntas, colchados, marlotas, capellares, aljubas, faldamentos, sangradura, bocamangas, cabeceaduras, randas, virillas. Hipnotizadas por la exuberancia léxica de los tejidos y vestiduras en nuestros siglos más favoritos de la historia y paralizadas por la incertidumbre estilística que nos asedia ante nuestro próximo y primerísimo riguroso directo, en este episodio hurgamos en nuestras costumbres y vestuarios para acercarnos al delirio abullonado de la moda barroca: engorrosas leyes suntuarias, manuales de sastrería, la gestualidad prohibida de las tapadas, pasarelas de Corpus Christi y, aunque no lo creáis, la sabiduría incomparable de Georgina Rodríguez.