SER Podcast
No sé si podremos resumir lo acontecido en este episodio 408 en el que, como bien da a entender el título, dará que hablar y será recordado en los anales de la historia de la radio, del podcast y del propio ‘Nadie Sabe Nada’.
Pasarán los años, incluso las décadas, y Andreu Buenafuente y Berto Romero aún recordarán lo que ocurrió en este programa. Se les erizará el vello del cuerpo y lo que no es vello, estamos seguros. Y a nosotros, los que quedemos vivos, también.
Este ‘Nadie Sabe Nada’ es el programa 444. ¿No es bonito lo de los tres cuatros? Tan bonito como la Navidad, época en la que desgraciadamente murió Josep Maria Balcells, pero nace Silver Balún Balcells con Andreu Buenafuente y Berto Romero haciendo de padres. La Navidad, la fluctuación de las preguntas que llegan a la urna, lo que se mete en los ojos donde va a parar, de videncias, la reserva de combustible de los automóviles o los vampiros son temas de los que también se dicen cosas. Ah, y desde este momento nos declaramos súperfans de Paquita, la gaviota.
Ep. 443: En este ‘Nadie Sabe Nada’ aprendemos más o menos qué es un calendario de adviento y cuánto dolor de cabeza crea a los padres. Andreu Buenafuente y Berto Romero no gestionan demasiado bien la relación que tienen sus hijos con este calendario tan popular en estas fechas tan cercanas a la Navidad. Esto da pie a una conversación y a una serie de confesiones sobre el consumismo infantil y las tradiciones como Halloween. También se habla de ‘The Chicken
Ep. 442: ¿Cómo puede decir Andreu Buenafuente que no le escucha nadie? ¡Pero si el ‘Nadie Sabe Nada’ es uno de los podcast más escuchados de 2024! Ah, que Andreu se refiere a que no le escuchan en su familia y Berto Romero tampoco. Esto no huele bien... no sé si esto tendría cabida en el nuevo juego ‘Olores’. Reabrimos el olvidado ‘Especial puertas’ con nuevas puertas que nos enviáis por la internet y el momento más tenso del programa llega cuando Andreu defiende el uso de la armónica en la música y Berto trata el instrumento como ‘melodiosa’. Sea como sea, en el ‘Nadie’ todo es magia.