En este episodio, la salud de Maldonado vuelve a resentirse, pero eso le da una perspectiva particular a los temas de actualidad que Sastre plantea, desde el regreso de Donald Trump a la Casa Blanca al interrogatorio del juez Adolfo Carretero por la denuncia contra Íñigo Errejón. Aunque hay más cosas: la verdad sobre el refresco de Cola y sobre Jon Bon Jovi.
Maldonado acude al episodio con abrigo y misterio. Digamos que no es su semana más fina. Así, desde su estado, comenta con Sastre la actualidad. Y también se habla del naturismo.
Este episodio empieza mal, con la descripción médica de unos análisis. Y acaba regular, hablando de los atributos del caballo de Espartero. Entre medias, Sastre y Maldonado charlan de Mayor Oreja y de Joe Biden. De los memes y del pacharán. Y Miguel desarrolla su teoría sobre Francia y el cruasán. En realidad, plantea un dilema: o sándwich o cruasán; pero las dos cosas juntas, no.
¿Qué diferencia hay entre rectificar y evolucionar? Así empieza este episodio en el que Sastre y Madonado conversan de los lastres, de Juan Lobato y de un episodio que les ocurrió antes de presentar los Ondas –premios que ellos confunden con los Goya- y por el que alguien puso algo en la cara de alguien. Se habla de las fotos de los reyes y de cierta polémica con un programa de televisión.
Este episodio episodio empieza con Junco y, a partir de ahí, Maldonado desarrolla toda su teoría sobre las infidelidades en una pareja. Se habla del amor y Sastre plantea diferencias con la amistad. Se habla de Pacojó y de la importancia de boludear, entre otras muchas cosas, como los fluidos no newtonianos.
Este episodio en realidad no tiene un inicio: de pronto Miguel se ha sentado y ha empezado a contarle a Sastre la circunstancia por la que tuvo que cambiar de teléfono y, a partir de ahí, se han ido encadenando una serie de relatos que lo mismo se refieren al trabajo que al sentimiento de culpa. Aparece también Moldavia y el cruce de querellas entre Ayuso y Sánchez para terminar, por razones más desconocidas todavía, haciendo el intermitente. Cómo iba a tener un inicio este episodio, si lo que no tiene es sentido.
Hemos vuelto. La segunda temporada empieza con una muestra de humor ligeramente escatológica sobre la que Maldonado y Sastre se reencuentran tras el verano. A partir de ahí se mezclan una serie de acontecimientos y personas (Biden, Puigdemont, Nacho Cano, Cristóbal Colón…) que vuelven a demostrar que, este curso, tampoco hay guion. Pero hay risas, que todo no se puede.