Podium
Las historias de migrantes en situaciones límites ejemplifican que del desespero también surgen las vidas ejemplares. Jorge Palma y su esposa atravesaron Colombia, desde Cúcuta hasta Rumichaca, en la frontera con Ecuador, para conseguir la Carta Andina. Se trata de un documento indispensable para cruzar la frontera. Fueron capaces de atravesar los 1331 kilómetros que separan ambos lugares (en línea recta), pero al llegar al puente internacional de Rumichaca, una traba burocrática les impidió el acceso.
Aquél que ha decidido convertirse en migrante, o aquél que ha tomado la decisión de salir de su país y buscar nuevos horizontes, merece todo el reconocimiento, apoyo y admiración.Sin embargo, también resulta necesario encumbrar y reconocer a todos esos venezolanos y venezolanas que cuando tuvieron la oportunidad de irse de su país, decidieron no hacerlo: ya fuera porque se encontraban atados al cuidado de un familiar cercano, que no podían dejar solo, porque no contaban con los medios para hacerlo, o porque consiguieron montar algún tipo de negocio o actividad que les permite librar la crisis humanitaria.
En el periplo de los venezolanos que deciden abandonar su país debido a la crisis humanitaria, algunas ciudades son destinos finales, mientras que otras son escalas necesarias donde resulta necesario detenerse para recargar las energías.
En más de una ocasión, la música ha sensibilizado y divulgado grandes crisis humanitarias. En el caso de Venezuela, la historia se repitió y permitió entonar a través de las canciones el ánimo de libertad y supervivencia del pueblo venezolano.