Podium
Dice Poliana Lima (Brasil, 1983) que “danzar es hacer un poema con nuestra existencia finita”. Licenciada en Ciencias Sociales y formada en ballet clásico y danza contemporánea en São Paulo asume la danza como una herramienta para hablar de la condición humana y lo misterioso de su existencia. Ha firmado espectáculos como Hueco, Las cosas se mueven pero no dicen nada y Oro negro, entre otros muchos. En este primer capítulo de Vivo bailando se encuentra con CULTPROJECT en el Centro de Cultura Contemporánea Conde Duque de Madrid para descubrir aspectos inéditos de su relación con la danza y el mundo: el poder transformador del deseo, el lugar de las mujeres artistas migrantes y el convencimiento, a sus 39 años de que se ha hecho con las riendas de su destino.
“Ni el cielo ni la tierra son iguales después de que María Pagés haya bailado”. Así se acercaba el Premio Nobel de Literatura José Saramago al arte de esta coreógrafa y bailaora, referente internacional del flamenco. Premio Nacional de Danza y Premio Princesa de Asturias de las Artes, María Pagés protagoniza el quinto capítulo de Vivo bailando, una conversación en la que reflexiona sobre su extensa trayectoria y sobre los desafíos de la creación, con un mensaje especial para las y los jóvenes que empiezan.
La Premio Nacional de Danza Olga Pericet (Córdoba, 1975) nos cita para este cuarto episodio de Vivo bailando en el Corral de la Morería, uno de los grandes templos del flamenco en Madrid. Dueña de un personalísimo lenguaje, sus espectáculos beben de la tradición y se lanzan al abismo de lo nunca visto. Un flamenco de opuestos en el que conviven lo inquietante y lo bello y en el que invita a participar a creadores y artistas de otras disciplinas. Dice Olga Pericet que en este momento de su vida se reconoce más que nunca en lo que hace, que ha aprendido a afrontar el miedo para seguir avanzando. Porque moverse es avanzar. Y eso es el baile. Ojalá bailásemos todos.
Viajamos a La Aceitera en Bollullos de la Mitación (Sevilla), casa y centro de creación de la coreógrafa y bailaora Rocío Molina (Málaga, 1984). Una de nuestras artistas más internacionales, Rocío Molina atesora coreografías que son acontecimientos escénicos singulares que se nutren de ideas y formas culturales que abarcan desde el cine a la literatura, pasando por la filosofía y la pintura. Es Premio Nacional de Danza a los veintiséis y a los veintiocho Mikhail Baryshnikov se arrodilla ante ella a las puertas de su camerino del New York City Center, tras la representación con atronador éxito de Oro viejo. En este tercer capítulo de Vivo bailando comparte sus reflexiones sobre lo cotidiano y lo sublime, sobre la fragilidad y sobre su voluntad de danzar para divertirse, para sanarse, para entusiasmarse.