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José Luis ha sido el primer Papa que nació en América, el primer Papa que habla español, el primero, que yo sepa, que dio clases de literatura y el primero también que profesor de jesuita. Fiel a su vocación de dar la sorpresa, Francisco ha tomado la decisión de no morirse todavía cuando hace un mes quien más, quien menos andaba afilando a su obituario y tomando el cursillo de vaticanista express para apostar por este cardenal o sopesar las opciones de aquel otro. Propio que parezca, Francisco no ha podido sentarle mejor seguir con vida. Porque en un mundo enloquecido entre Trump y Putin, entre guerras y aranceles y guerras, de verdad parece que es un hombre de fe, el único que a veces pone un poco de razón.
"La llamada 'nueva derecha', antes conocida como derecha cavernaria o, más en confianza, los fachas, está haciendo de la política algo inapropiado para el horario infantil. Incluso para los niños de hoy, que tienen internet y no se espantan por cuatro procacidades".
Siempre me ha parecido curioso que se insulte a las mujeres con el llamado oficio más antiguo del mundo. Es un hecho, por desgracia, culturalmente universal. La prostitución es un acto mediante el cual un hombre paga para tener acceso a la intimidad de una mujer y mantener relaciones sexuales con ella. Es decir, se trata de alguien que mercantiliza algo que suele ser o debería ser gratuito y consensuado. Se entiende que apetecible y gozoso para ambas partes. Contrata el servicio, lo que hace es adquirir algo que, en principio no es un bien un objeto, sino un ser humano. Visto así, ¿a quién degrada más este acto, a la prostituida, la consumida, la alquilada, la adquirida o a quién es capaz de comprar el sometimiento de otra persona? ¿A quién podemos considerar moralmente reprochable, a la que es degradada o a quién degrada? Y aun así, el insulto es siempre para ella.
A veces es imposible superar el lenguaje cinematográfico. El primer juez se llama Juan Carlos Peinado y se ha convertido en un personaje casi popular. En su labor de instrucción del caso, Begoña Gómez ha llamado a declarar a tanta gente que, como ha dicho el ministro Planas, ya solo le faltan 48,5 millones de españoles por interrogar. La segunda se llama Nuria Ruiz Tovarra y es la jueza que instruye la catástrofe en Valencia del 29 de octubre. Es una perfecta desconocida y vive en el anonimato. Tan solo se conocen sus autos, es decir, la única palabra que interesa de los jueces.